viernes, 31 de diciembre de 2010

Los prostíbulos y la vida

Me pregunto cómo será la vida en una casa de prostitución.

¿Pretenderán los clientes que las prostitutas son unas personas que están de fiesta constantemente? La palabra fiesta puede adquirir numerosos significados.

Llegan tipos que van ciegos de algo y la quiren continuar, entonces las tipas se toman las copas que les compran y les siguen el rollo infinitamente. Quizás los tipos no van ciegos porque lo son de nacimiento.

¿Quién se prostituye realmente en la noche?

Una vez me dijeron: prostituírse es hacer algo que no quieres con tu cuerpo. A cambio de dinero simplemente.

¿Puedo meter mi lengua en tu cubata? ¿No? Pos au.

"En general, he conocido a dos tipos de personas: los que desean mi cuerpo y los que no. Los primeros pueden tener como motivación o bien las características activas de este cuerpo (fuerza de trabajo u otras habilidades), o bien las pasivas (disfrute sexual). Los que no desean mi cuerpo, no lo desean de ninguna de las maneras, evidentemente.
Sin embargo, para una persona que esté dotada de aquello que nunca se ha llegado a explicar exactamente lo que es (alma o espíritu), ni a dónde va ni lo que le pasa cuando morimos, esto resulta, más o menos, doloroso. Puede ser que todo el mundo esté dotado de la cosa ésa, pero hay casos en que es difícil verla, tratarla o entenderse con ella".

domingo, 26 de diciembre de 2010

Ver para creer




Creo realmente en lo que ven mis ojos.
Y sobretodo creo en lo que veo en los ojos de la gente.

Sé que Platón me escupiría su mito de la caverna.

Cualquier lengua asimila el significado de "ver" al de "saber", y esto es porque los humanos tenemos pinta de estar en contacto con la realidad principalmente a través del sentido de la vista. De ahí el manejo actual de la realidad por quien pueda tener interés en hacerlo.


Sin embargo la ciencia ha descubierto que no son los ojos los que ven, sino el cerebro.

Llegados a este punto yo no sé, yo creo. Y así de paso soluciono también la muerte de Dios.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Ese adorable ancianito

A los 82 años, y cada vez más atormentado por la disparidad entre sus criterios morales y su riqueza material, y por las continuas disputas con su mujer, que se oponía a deshacerse de sus posesiones, Tolstoi, acompañado por su médico y por la menor de sus hijas, se marchó de casa a escondidas en mitad de la noche. Tres días más tarde, cayó enfermo de neumonía y, el 20 de noviembre de 1910, murió en una remota estación de ferrocarril.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Felicidad, donde quedó el camino



Felicidad estaba convencida de que uno de esos días despertaría o completamente inválida o completamente curada de todas sus taras. En realidad, no sabía si quería que llegara ese día, y sin embargo, le gustaba dormir.

En los sueños tampoco tenía nunca dinero, andaba por los trenes sin billete, o entraba a vivir en las casas de los demás, vivos o muertos, y siempre propietarios. Todo, salvo su cuerpo, era un no-lugar, y su cuerpo se estaba convirtiendo en un lugar extraño, en el agujero roto del reloj de arena.

Por las noches perfumadas de pólvora y de jazmín, andaba errante. Se sentaba en las plazas y en los bares a escuchar las historias de los demás, hasta que más tarde, en algún momento comprendido entre los diez minutos y la media hora, llegara sin falta algún amable caballero dispuesto a pagarle una copa. Felicidad sonreía y presuponía lógicamente la existencia de un caballo, satisfecha y convencida de la inminente salvación de la humanidad.

Whiskey enderrocs, demolición inagotable.

Y Felicidad se levantaba, iba y volvía de la barra, a los baños, pasando por todas las mesas, y hablaba con policías y ladrones, con madres estafadas, padres abandonados, hijos siucidados, reía y lloraba, y sentía tan grandes cosas que todo el mundo las podía tocar.

Así pasaba gran parte de la noche. El caballero miraba y pagaba. Nadie pedía más. Pero luego llegaba siempre el momento en que Felicidad necesitaba alguien que la cuidara, porque tanta vida se le iba a escapar corriendo por la boca y desde el estómago, y explotarían las insurrecciones profundas de los tiempos más inmemoriables. El caballero resultaba siempre ser un buen tipo, un desheredado sobre un pony de algodón, cargado de tanta paciencia como de alcohol, y cuya comprensión de los acontecimientos desembocaba naturalmente en una afectuosa e indeleble penetración, en una predisposición absoluta para todo lo que jamás no fuera a ocurrir.

Las mañanas llegaban después algo pálidas, y Felicidad se encontraba mejor.
Se quiere ir a casa.
"Ha sido un placer. Gracias, gángster, por el café".

Sin embargo, no recordaba cuál era en esos momentos el lugar al que llamaba casa. Se dedicaba entonces a vagar por la grandes avenidas, con las medias rotas, intentando adivinar el nombre de la ciudad. Quizás lo que buscaba era un tren. Los ojos a veces se le desdibujaban en unas lágrimas negras que se secaban en sus intentos fallidos por escapar de aquella cara atemporal.

A Felicidad la luz le daba sueño, y la oscuridad, miedo. Entonces cerraba los ojos y se echaba a dormir.
Esperaba a un taxi, quizás. Pero no llegaba ninguno porque de hecho ya no existían los coches ni nada susceptible de transportar a un ser humano de un lugar a otro. Le dolían los pies, todo estaba desierto y oscuro, y la lluvia empezaba a crujir sobre el asfalto como la soledad de un arrugado papel en blanco.
El agua caía probablemente de las farolas gracias a un nuevo programa informático. Ella, chorreante imagen divina, guardaba fija la idea de echar a correr, de partirse los tacones como si se estuviera acabando el mundo, de continuar descalza sobre charcos y adoquines hasta que encontrara algún neón que no chisporroteara todas sus estúpidas banalidades.

Pero ella seguía esperando, (in)dependientemente de todos los sentidos (in)existentes. El sol no tenía ninguna necesidad de volver a salir ya más, porque en cierta manera quedaba representado por la luz naranja de la farola de irradiaciones viscoso-muertas. Todo lo que una mujer que un día salió arreglada podría necesitar.

Porque, ¿quién necesita un amo cuando se puede vivir tan de cualquier manera?

Quiso poner los pies en la tierra y se quitó por fin los zapatos para descubrir dos terribles agujeros, para ver que en realidad no tenía pies.
El tiempo se desmayó y la lluvia se invirtió para bajar en dirección contraria, subiendo, ¿qué podía ya importar?, consumiendo poco a poco su cuerpo, que empezó a borrarse lenta y verticalmente. El cuerpo que, por fin comprendió, nunca había existido, salvo durante el cortocircuito momentáneo del pensamiento de una triste-insomne farola de flechas en mapa de bits.

Se deshizo la mujer y apareció el solitario taxi en la noche. Una vez desaparecida Felicidad, ya nunca más dejó de llover, y una bola de pelo, rodando perdida por el suelo...

"... cuando el pasado se va borrando, los recuerdos se convierten en poco más que fantasías, con conectividad nula al presente, consulte al administrador de su red".

sábado, 4 de diciembre de 2010

Unhga Unhga


Unhga Unhga se sale. Por todas partes. Como un rio que viniendo no se sabe de dónde lo arrasa todo. Se siente como una catástrofe natural a punto de triunfar. De cualquier manera. Por muy desastrosa que sea. La música rompe sus paredes: las de la cabeza, las de la habitación, las del pantano. Ve caras y las conoce todas. Sin embargo, no sabe de qué, del pasado, del futuro, de otra vida. Caras que sin duda en cualquier momento serán salpicadas terriblemente. Este lugar es tan extrañamente familiar.

Lo quiere todo. Ahora.

martes, 23 de noviembre de 2010

Aparecimientos: apariencias y apariciones de Rimbaud

LE DORMEUR DU VAL


C´est un trou de verdure où chante une rivière
Accrochant follement aux herbes des haillons
D´argent; où le soleil, de la montagne fière,
Luit: c´est un petit val qui mousse des rayons.

Un soldat jeune, bouche ouverte, tête nue,
Et la nuque baignant le frais cresson bleu,
Dort; il est étendu dans l´herbe, sous la nue,
Pâle dans son lit vert où la lumière pleut.

Les pieds dans les glaïeuls, il dort. Souriant comme
Souriait un enfant malade, il fait un somme:
Nature, berce-le chaudement: il a froid.

Les parfums ne font pas frissoner sa narine;
Il dort dans le soleil, la main sur la poitrine
Tranquille. Il a deux trous rouges au côté droit.

Octobre 1870

DESCANSO EN EL VALLE
Allí en el hueco entre la hierba, un riachuelo se ensaña
lanzando un nervioso canto sobre las hojas plateadas.
Hasta allí, el sol lo abraza desde la arrogante montaña:
es un humeante pequeño valle de luz alada.


Un joven soldado, abierta la boca y revuelto el pelo,
con la nuca sumergida en la fresca lavanda azul,
descansa, extendido sobre la hierba, bajo el cielo,
pálido en el verde lecho sobre el que llueve la luz.


Los pies entre lirios, duerme. Sonriendo
como un niño enfermo, está teniendo un sueño.
Valle: mécelo cálidamente, parece helado.


Los aromas no estremecen su olfato,
duerme bajo el sol, sobre el pecho la mano
tranquila. Y dos agujeros rojos en un costado.
Octubre 2008

miércoles, 17 de noviembre de 2010







La cuestión filosófica del Bien y el Mal queda temporalmente resuelta:
El Bien es el cese del Mal.
El Mal es el cese del Bien.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Rogaciana, la plastilina y el sol.

Iba respirando con cuidado cuando encontró a Rogaciana en un soportal a contratiempos, inesperadamente, indeseablemente. Llevaba una cara medio derretida y casi insoportable, pero cogió aire y le habló.
-No puedes andar así, Rogaciana, dejando charcos en los soportales. Quítate la ropa y vete a pasear que te dé un poco el sol.
-Ay... aaaay... Yo era una flor, una rosa, un clavel, toditas a la vez. Y ahora soy un espantajo que no vale un carajo.
-Yo hace un rato aún tenía algo de dinero.
-Pero yo estoy rellena de todo mi ser, que es un capullo envenenado y yo estoy triste, porque mi vida, porque mi linaje, porque mis amores bellos como flores carnívoras, caníbales, es decir, los amores de una puta barata, y los muros caen y el suelo me suele tragar.
-Pues sal del soportal, que nos vamos al sol.
-No digas "sal", no soporto el sol sin soportal. Quiero y no veo, y me quedo tan transparente que se me puede quebrar. Estoy muy enferma, soy una flor bella y marchita, cualidades que vas a ver que únicamente pueden darse en mí. Estoy enferma, digo, y sólo caminaré el camino real de este soportal, como me corresponde. Ay...

Y la mano amiga que Personaje le colocó sobre el hombro quedó hundida y mezclada con aquella persona de consistencia medio sólida y tres tercios de líquida. Rogaciana quedó así un poco más cóncava, pobre pedazo de plastilina; Personaje quedó asqueado. Rogaciana lo dejó todo y se vertió en su jacuzzi particular, por el placer de algún pachá. Se puso a llorar y desapareció a trasluz.

Dedicado a todos aquellos que se dedican a llorar

sábado, 13 de noviembre de 2010

Within

Dentro de cualquier Dios hay un hombre;

dentro de cualquier hombre hay un laboratorio de criaturas, que escapan a la mano de Dios; a veces también a las manos del hombre.

No mires. Están haciendo cosas realmente horribles.

Mira para otro lado, puede ser demasiado asqueroso.

La vida se te restriega por la cara girada mientras exprime sobre ti todas sus facetas, con todo su esplendor.

Me pica el corazón.

Un hombre que era una mandíbula todo él. Un hediondo corazón invadido por los gusanos.

Una línea partida por la mitad y la vida que mira de frente como un espejo atemporal, como el rodaje casi terminado de todo lo que fue y será.

Si Dios viera esto reiría socarrón.

If God wants to take me he will.

(He´s coming... and taking you)

jueves, 28 de octubre de 2010


Practicaba una filosofía exacerbada de la acción.

Envidiaba a Sísifo más que a nadie.

Lo envidiaba precisamente porque no creía en los viejos mitos.

La historia está siempre escrita por el poder, y los mitos debían de ser una especie de código jurídico de andar por casa, que servía de amenaza.

¿Hombre abatido u hombre luchando por llegar a la cima?

Alguien dijo que lo que hacía libre al hombre era su obstinación por luchar contra el propio destino.






La situación es jodida pero la situación es.










"Una mano llega hasta él desde el exterior: una sucia mano, que se retira ante la indignación. Pero no sin antes disparar desde sus tentáculos, inyectando en la esfera hilos negros que se expandirán a lo largo del tiempo"


Hay algo que siempre escapa.









Mundos, submundos y realidad que escapa a nuestras manos de barro seco.

Trepar, cegarse con el sol de la cumbre y volver a caer. Volver a dormir o a despertar, ya no sé...





lunes, 25 de octubre de 2010

Aguas


En el fondo del hombre
agua removida.

En el agua más clara
quiero ver la vida.

En el fondo del hombre
agua removida.

En el agua más clara
sombra sin salida.

En el fondo del hombre
agua removida.


M. Hernández

miércoles, 20 de octubre de 2010

sábado, 16 de octubre de 2010

Sin saberlo, había estado visitando con ingenua asiduidad (y asidua ingenuidad) una zona franca, un lugar de reglas desconocidas, reglas que establecían unos indivuduos visibles y presentes, que andaban por ahí olisqueándolo todo como perros.

Sólo era un lugar de placer.

Era incluso un lugar de placer.
Al otro lado del par de peñascos, la única ley era dejar que la policía hiciera la ley. En las nuevas ciudades es imposible utilizar la calle en consenso, todos se precipitan contra ella en tropel, salvajemente, como una jauría de perros que se han vuelto locos. Son raros los lugares de reunión, las necesidades de un cada cual son difíciles de definir, diríanse improbables...
Perros, perros, perros, perros, perros.
Así pienso que debería hacer todo lo que normalmente no haría. "Déjate sorprender y verás", dijo el profeta.

viernes, 13 de agosto de 2010

Una lubina
Un día, uno de estos días, próximo, muy próximo, cuando los polos se derritan (un poco más, y luego otro poco, y luego... etc) y los Es!-pañoles supervivientes vivamos (es un plural majestático, por supuesto) en la isla de Madriz, colapsaremos los psiquiátricos, seres deshilachados y perseguidos por el atronante recuerdo de aquellas lubinas gigantes que enfurecidas salieron del mar a vengarse a dentelladas. Miles de viscosos colmillos redondos devastarán los más bellos de nuestros recuerdos de cuando aquélla necia borrachera, de cuando aquél estúpido y baboso encandilamiento, de aquél paseo por la playa entre los efluvios de las cremas solares.

Jaaaaaaa! no debimos despertar a la madre violencia con tanta tontería.

Ja, ja ja....... !!!!!!




lunes, 26 de julio de 2010

La filología y las aulas

Fuera la luz es tan blanca que a penas se puede oír nada más que los chillidos fugaces de los pájaros que atraviesan el aire como proyectiles.

El aire es tan pesado que voy hasta aquel maldito lugar flotando como si mi ropa fuera un paracaídas.

No hacen falta ni delitos ni pecados: la cárcel es para todos. Qué sentido se le puede buscar a esta redención. Hay tantos pecados que ya han sido cometidos, que la humanidad ya nunca podrá salir del aula.

Nunca he visto unas persianas así. Las deben de haber fabricado para la ocasión. Quizás han crecido ellas solas desde el suelo para proteger al mundo exterior de las necedades que aquí nos hacen decir. Puede que sean grises, o a lo mejor es la luz que pasa a través la que hace el efecto de gris. Siempre encendemos la luz eléctrica. Sabemos de lo que pasa afuera gracias a Internet, en mitad de las penumbras.

En la hora, por fin, de la última clase, llega a adiestrarnos cada martes y jueves una monja violada, que delira durante dos horas entre visiones de Barbies semidesnudas, que deben de estar volando fuera junto con los pájaros. Todos los días nos manda diseñar, por parejas, algunos nuevos zapatitos o piezas de lencería para sus muñecas decapitadas, sin manos, de cintura móvil hacia adelante hacia atrás.

... Una de las conclusiones que consigo sacar en claro de todas estas sesiones de enclaustramiento forzado es que en los estudios sobre lengua y enseñanza está muy de moda recalcar la vertiente comunicativa e interactiva de todo: todo es acción y comunicación, como quien dice.

En Lingüística, concretamente, desde hace un par de décadas se ha puesto el acento en el aspecto accional de la lengua. Cuando decir es hacer (véase Austin y Searle), toda palabra cambia el mundo, ya sea mediante el efecto mariposa, o mediante el efecto bomba nuclear.

Es más que curioso que estas teorías estén en su total apogeo justo en un momento histórico en que como en ninguna otra época de que yo tenga constancia personalmente, se habla mucho y no se dice nada. Y mucho menos se hace nada, ni sobre el emisor, ni sobre el receptor.


El acto comunicativo se reduce las más de las veces a convencer al que escucha de que se está de acuerdo con él, con la finalidad de que no cause demasiados problemas y no entorpezca los planes del emisor. El diálogo se ha convertido quizás en algo exótico, excepcional y fugaz, por lo menos en los ambientes en que tanto se proclama. Este fenómeno puede ser entendido como una especie de bipolaridad, que, además, parece repetirse en muchas otras ocasiones en que el lenguaje es el protagonista. Desde tiempos de Orwell y hasta el presente, el mecanismo de llamar a las cosas por sus contrarios ha tenido el honor de convertirse en todo un clásico: véase la utilización de la palabra "paz" en las misiones de guerra, de "atención a la diversidad" en la concentración en las celdaulas, de "tolerancia" para referirse a la autorrepresión, o de "espíritu crítico" para hablar del hecho de repetir unos comportamientos políticamente correctos.

¿Castigo (infligido por otros) o penitencia (infligida por uno mismo)? ¿Cárcel o centro penitenciario?

"Aprender haciendo" es aprender todo lo que tendrás que hacer cuando ya hayas olvidado lo que tenías que hacer.

Lavado de conciencia: una vez que uno ya ha aprendido la penitencia, el otro ya no está en la obligación de infligir. Se es, por lo tanto, siempre buena gente.

¿Es el cese de un mal un bien?

En nuestras sociedades modernas la miseria es generalmente adiposa.

domingo, 25 de julio de 2010

Les Jeux betes et méchants

¿Pero quién ha dicho que la televisión no sirve para nada? Con un televisor se pueden hacer muchas cosas... Porque ¿qué es un televisor sino una cosa cuadrada?

Ah... sí... nos trae imágenes lejanas, como una bomba de ácido en nuestro cerebro. Y miramos, miramos. A veces también escuchamos, pero eso ya cuesta un poco más.

Pero, ¿por qué se supone que un televisor sirve únicamente para mirar y escuchar? Aún más, ¿por qué hacer únicamente las estupideces establecidas? ¿Por qué no llevar a cabo las nuestras propias? Lo que sí que es cierto y demostrable es la falta generalizada de imaginación, la costumbre inexistente de interaccionar desde nuestra exterioridad, nuestro mundo de fuera, en lugar de dejar que se exprese inpunemente el aparatus absurdus.

En definitiva, por una estupidez más lúdica, por una liberación de nuestra bilis... ¡muerte a la pantalla plana!

jueves, 22 de julio de 2010