viernes, 13 de agosto de 2010

Una lubina
Un día, uno de estos días, próximo, muy próximo, cuando los polos se derritan (un poco más, y luego otro poco, y luego... etc) y los Es!-pañoles supervivientes vivamos (es un plural majestático, por supuesto) en la isla de Madriz, colapsaremos los psiquiátricos, seres deshilachados y perseguidos por el atronante recuerdo de aquellas lubinas gigantes que enfurecidas salieron del mar a vengarse a dentelladas. Miles de viscosos colmillos redondos devastarán los más bellos de nuestros recuerdos de cuando aquélla necia borrachera, de cuando aquél estúpido y baboso encandilamiento, de aquél paseo por la playa entre los efluvios de las cremas solares.

Jaaaaaaa! no debimos despertar a la madre violencia con tanta tontería.

Ja, ja ja....... !!!!!!