
- porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente
- porque el público siempre tiene la tendencia a esperar ingenuamente que todo irá a mejorar mañana, y que el sacrificio exigido podrá ser evitado.
Esto da más tiempo al ciudadano a acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.
5. Dirigirse al público como si fueran criaturas de poca edad.
La mayoría de la publicidad dirigida al público utiliza discurso, argumento, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la idiocía, como si el expectador fuera una criatura de poca edad o un deficiente mental.
Cuanto más se intenta engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantil. ¿Por qué? Si uno se dirige a una persona como si tuviese 12 años o menos, entonces, en razón de su sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a dar una respuesta o reacción más infantil y desprovista de sentido crítico que la de un adulto.
6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión.
Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para provocar un cortocircuito en el análisis racional, y finalmente neutralizar el sentido crítico de los individuos.
Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores... o a inducir a determinados comportamientos.
7. Mantener al pueblo en la ignorancia y la mediocridad.
Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud.
La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia entre éstas y las clases altas permanezca inalterable en el tiempo y sea imposible de alcanzar una auténtica igualdad de oportunidades para todos.
8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad.
Inducir al público a creer que es moda el hecho de ser vulgar e inculto, mal hablado, admirador de gentes sin talento alguno, a despreciar lo intelectual, a exagerar el valor del culto al cuerpo y el desprecio por el espíritu.
9. Reforzar la autocupabilidad.
Hacer creer al individuo que sólamente él es culpable de su propia desgracia, a causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades o de sus esfuerzos.
Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico y social, el individuo se autoevalua, se autoinculpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción.
Y sin acción no habrá reacción ni revolución.
10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen.
En los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y los conocimientos poseídos y utilizados por las élites dominantes.
Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el "sistema" ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente.